Para un teatro de sombras
Maestro de Ceremonias: Qué instante para la Humanidad, queridos amigos. Por fin, el gran sueño: una astronave disparada desde la estrella Barnard, mejor dicho, desde su astro que la acompaña, entró en nuestra atmósfera. Observen: los hijos científicos de Einstein gritan de júbilo, viajan en paraguas y nadan por el aire para escoltar al viajero llegado de más allá de nuestra familia planetaria (Pausa.) Son escenas inenarrables, ustedes son testigos, sabios de todas las sabias disciplinas corren como locos, hay quienes viajan en globo, en helicópteros, avionetas, reactores, y hay pensadores de última hornada que se deslizan en patines por la corteza terrestre. (Pausa.) No puede ser, No puede ser (Pausa.) El planetícola procede del astro descubierto por Van de Kamp en 1963. El planeta tiene una masa 1,5 superior a la de Júpiter (Pausa.) Maravilla de las maravillas. El azul celeste se cubre de objetos voladores, qué espectáculo, señores. Vean: cazadores de autógrafos, secuestradores de ovnis, coleccionistas de alienígenas, ídolos del rock, coreógrafos, arqueólogos, bandas de música, toda una humanidad dispuesta a recibir con los brazos a la primera inteligencia, ¿primera?, llegada de otro firmamento (Pausa.) Sabremos por fin el origen de los orígenes. (Pausa.) La nave lleva ya dos horas en órbita terrestre. El cielo está sembrado de agentes de seguros, empresarios de circo, astrónomos con gorros de dormir. Mandarines del arte y la cultura ensayan a media voz sus discursos. Muchachas enloquecidas tratan de ser las primeras terrícolas en besar al primer macho meditabundo fruto de otra estrella. (Pausa.) Es una inteligencia superior. La nave eligió el óptimo ángulo de penetración en nuestra atmósfera, de lo contrario hubiera rebotado como una pelota de tenis. También una inclinación insuficiente la hubiera convertido en una bola de fuego. ¡Ejem!, es una exhibición tecnológica magistral. (Pausa.) Qué luminosa astronave, es como un sol con alas. Se acerca, nos aturde, nos ilumina, planea, coquetea hasta con el Concorde y se desliza hacia el sur, el sur, el sur. (Pausa.) Una marea humana sigue a la nave entre una música espectacular de Luigi Nono (Pausa.) Hoy nuestra conflictiva sociedad dio un paso de gigante. Sabremos quiénes somos, para qué nacimos, por qué nos vamos, sí, sabremos muchas cosas. Qué hacemos en la Tierra, sabremos el libro más vendido en las librerías del cosmos, también la obra teatral más aplaudida en la galaxia más cercana. Sabremos tantas cosas. (Pausa.) Eliminaremos el cáncer, el sida, el problema de las vacas locas, el virus de la insolidaridad, viviremos hasta decir ¡basta! (Pausa.) Sigue la nave, ¿la ven?, viajando hacia el sur. El viajero que la pilota atesora, sin duda, los grandes secretos de la vida humana y del destino del universo. Habrá que mimarlo, adorarlo, alojarlo en un hotel de lujo en el Mediterráneo. Le mostraremos nuestros museos, a nuestras glorias literarias, artísticas y científicas, debe llevarse un grato recuerdo, le meteremos en el bolsillo un trocito del muro derruido de Berlín (Pausa.). Habrá que ver si tiembla ante la libertad ajena. Habrá que husmear si niega al otro el derecho a saborear el pastel de las hormigas humanas. (Pausa.) Hacia el sur ¿Dónde querrá aparcar su vehículo espacial el singular cosmonauta? Ahora una nube de multicolores globos de gas lo flanquean. (Pausa.) Observen: bajo la nave trotan jirafas, antílopes, cebras, gacelas, elefantes y también chimpancés, gorilas, pájaros, insectos... ¿Dónde querrá posar su pie galáctico el forastero? (Pausa.). Lo nombraremos doctor Honoris Causa, el planetícola del año, le abriremos una cuenta corriente, haremos que le toque la lotería de navidad. Pues correremos el riesgo de ser colonizados, enjaulados (Pausa.) Ya desciende la astronave, justo en las faldas del Kilimanjaro. (Pausa.) Con el hábil piloto se disponen a descender diplomáticos, antropólogos, bardos de verbo fácil, magistrados, endocrinólogos. Se masca el gran acontecimiento mundial y cósmico. Va iniciarse el homenaje que el civilizado planeta Tierra ofrece a su más evolucionado visitante; honor a la inteligencia, honor al óptimo parto de la materia cósmica. (Pausa.) Y la flor y nata del arte, agarrados a su paraguas, todavía flotan en el cielo africano, flotamos (Pausa.) Emoción a raudales. Pisa la Tierra un habitante de otra Tierra (Pausa.) Alto. Horror. No. Fuera. Ametrallen la manada de leones (Pausa.) Piedad para la criatura que viajó seis años luz para estrecharnos su mano ¡No! Rápido. Un misil contra la manada salvaje ¡Oh, Dios mío! Lo devoran, se están comiendo al extraterrestre. ¡Quietos, fieras! No es carne terrícola, estáis devorando la síntesis de la civilización, la síntesis del pensamiento, la síntesis del espíritu ¡Ah! Los leones no han dejado ni un hueso del alienígena. (Pausa.) Eran seis años luz de distancia. Seis años luz de amor. Seis años luz de intento de diálogo. Las fieras no respetan nada ¿Quién nos visitará ahora?
Oscuridad