El Tálamo
Obra completa
Personaje
Alejandra
Antes de iluminarse la escena brota una marcha nupcial entre clamor de multitudes
y exclamaciones: ¡Vivan los novios! ¡Qué linda es! ¡Arroz
para los recién casados! ¡Parecen estrellas de Hollywood! Se dice
que la peinó Aleixandre... que la maquilló Helena Rubistein...
que la vistió Pierre Carden... ¡Son una pareja maravillosa! Felicidades.
¡Muchas felicidades!...
Ahora los focos alumbran a Alejandra, una mujer más bien asténica,
cuya belleza exhibe los estragos de una vida anímicamente conflictiva.
Hace su aparición en traje de novia y lleva en la mano un ramo de azahar.
Cuando enmudecen música y rumores, examina con interés la cámara
nupcial. En un ángulo, a la derecha, hay como un revoltijo de maniquíes
ocultos en su propio vestuario.
La mirada de Alejandra fluctúa hasta posarse en los almohadones del lecho,
algo distanciados. Sus ojos viajan ahora hacia el tocador y finalizan su examen
en un perchero con un gabán, sombrero y paraguas de hombre.
ALEJANDRA.- Tralalá... lalá... la lá... (Pausa.) Qué feliz me siento, amor, qué maravillosamente dichosa... (Sigue girando mientras tararea el vals.) Fue todo tan sublime... Como en un cuento de hadas... (Pausa.) La catedral gótica, engalanada, nuestros invitados y luego tú y yo del brazo de nuestros padrinos... (Pausa.) Cuando interpretó el órgano a Meldelssohn... ¡Ah!, cuándo sonó Mendelssohn... creía que iba a desmayarme. ¿Te figuras? Una novia desmayada en los brazos de su amante legal? Qué romántico, ¿no, amor? (Pausa.) La-rá... La-rá... La-ralará... (Pausa.) ¿Está tibia el agua del baño? Creo que acerté en su temperatura... (Gira por la alcoba.) Por fin llegó el día, mi día, mi momento fabuloso... Por fin se realizaron mis más caros sueños... ¿Sabes? Toda mujer siente en el fondo, aunque sea en el inconsciente... un vago temor... ¿Lo digo? Es que me da algo de vergüenza... ¡Bah! Lo vomito ya... De quedarse soltera... De no realizarse como novia, madre, amante y colega del hombre... (Pausa.) Una vida sin un camino a recorrer no es vida...
(Música. Alejandra da unos pasos de baile y canta.)
Toda mi historia se cifró
en pensar cómo se tallaría
la flor de mi virginidad.
Toda mi vida se basó en
soñar cómo Cupido cómo
dejando el regazo de Venus
me otorgaría un cumplido.
En la soledad del asfalto,
vagando en el anonimato
la resistente Alejandra
soñaba un sueño alto.
Y por la vía azul del sueño
bajo un paraguas de humo,
intuí la sombra de mi dueño.
Admito que anhelé leer
en periódicos de hoy
y ayer mi unión con
un yuppy de buen ver.
Toda mi historia se cifró
en pensar cómo se tallaría
l a flor de mi virginidad.
(Cesa la música.)
ALEJANDRA.-¿Tallar? Vosotros no os preguntáis esas cosas... ¿Verdad?
Es natural... (Pausa.) Vosotros soléis llegar a la noche de bodas con
más experiencia... (Pausa.) No, no, no lo reprocho... Es lógico...
Sois los hombres... ¡El hombre fálico! Pero yo nunca pensé...
(Pausa.) Te portarás bien... Una amiga mantuvo tal pelea en su noche
de bodas que acabaron los dos en el hospital de... la cárcel. (Pausa.)
Tú eres un caballero. ¿No me atacarás como un simio a su
dulce monita? (Pausa.) ¡Deja de chapotear, marido, marido, al fin fin
tengo un marido.... Ja. Ja. Ja. Yo... ¿un marido? Sí, lo tengo,
es mío, me pertenece, me lo he ganado, lo he adquirido y no a plazos,
ni en la Tele-Tienda, y es mío, mío para hoy, para mañana,
para siempre, es tan mío... (Coge varias muñecas, las observa,
con arrobo.) como mis muñecas de la infancia... Tengo un guardaespaldas
para la eternidad! Un fornido vigilante que mide un metro ochenta y cinco y
pesa cien kilos de músculos... Nadie me hará daño... Ya
no tengo por qué tener miedo a la vida... ¡Qué hombre!...
En el Renacimiento hubiera sido un modelo ideal para Miguel Angel... y en la
época dorada de Hollywood habría anulado al mismísimo Gary
Cooper... ¡En fin! Qué maravillosa noche nos aguarda... No pegaré
ojo. Quiero entregarme... quiero darme toda... entera... total... (Pausa. Otro
matiz.) Cariño, ¿vas a cambiar una turbulenta noche de amor por
un baño? (Va al equipo de sonido y pulsa una tecla.) Es... mi vals preferido...
El vals de los bosques de Viena... Me fascina Strauss... (Baila como si el sombrero
fuera su pareja.) Sé que tienes experiencia... En cambio, yo... yo leí
libros, cientos de libros... (Pausa.) Al principio me desorienté en mis
lecturas... Y leí El sexo es cosa de hombres... El sexo produce cáncer...
(Suspira.) Pero me reciclé a tiempo y mira, mira mis libros de cabecera...
(Cesa el vals, cuelga el sombrero en el perchero, coge un puñado de libros
y se los muestra a distancia.) La primera noche de amor... Técnicas sexuales
novísimas... Lo que toda mujer debe saber... Lo que ninguna mujer debe
ignorar... Ética y estética del orgasmo... El arte de amar...
(Pausa.) ¿Qué te creías? ¿Que te casabas con una
inexperta? Pues... ¡trágate esa píldora! Ja. Ja. Ja. (Se
aleja del baño, luego dirige los ojos hacia una mesita donde hay copas,
velas y una botella de champán.) O sales de inmediato o inauguro el champán...
Te doy cinco segundos... (Pausa.) Uno... dos... tres... cuatro y... ¡cinco!
(Descorcha con estrépito la botella y sirve una copa.) ¡Ah, qué
rico está! (Pausa.) ¿Qué marca es...? (Lee la etiqueta..)
¡Ajá! (Pausa.) Te perdiste el primer trago por jugar a los hombres-ranas...
(Por lo bajo.) Oye... ¿Qué método practicaremos para amarnos...
(Espera la respuesta,esboza un mohín de frivolidad y alza su copa.) Brindo
por ti, dinámico esposo... (Bebe.) ¿Sabes? Las amigas me acosarán
a preguntas...
(Música.)
¿Dinos cómo fue?
¿Qué te dijo él?
¿Asumió su papel?
¿O exhibió modales
de vulgar primate?
Ah, ah, con su
virilidad te quiso
desbravar.
Con velas y champán,
lo viste al natural?
Y rociado de vino,
¿se mostró libertino?
Sólo sé que un
aroma de nardo
invadió el tálamo,
y la piel de él
sabía a laurel.
¡Ah, ah! con su
virilidad te quiso
desbravar.
¿Oíste un ruiseñor
cuando peligró tu
honor? ¿O fue la
quiebra del placer
esa luna de miel?
¿Era un pez boreal?
¿Un arcángel de mar?
¿O el toro del deseo
babeando de celo y
arrasando tu lecho?
¡Ah,ah! con su
virilidad te quiso
desbravar.
(Un silencio. Alejandra se dirige a las muñecas y toma dos peponas entre los brazos.)
ALEJANDRA.- Amigas mías, preguntáis demasiado... ¿Noche romántica? ¿Acoso sexual? ¿Un toro en mis sábanas? Ja. Ja. Ja. (Erotizada.) Prefiero la penumbra, es más excitante... (Sume la alcoba en íntimas luces.) Así, así está mejor... (Pausa.) Qué círculo de reprimidas tuve... (Pausa.) ¿Una violación en mi luna de miel? Soy la esposa, no una calientalechos. (Pausa. Bajo un murmullo.) Me sacrifiqué, sí, renuncié... y ahora estoy como ¡no están todas!... Y esto exige una recompensa... (Sale de su ensimismamiento y mira hacia el baño.) No me digas que estás buscando ostras... Ja. Ja. ja (Altera su expresión.) Recuerdo cuando te conocí... Era una fiesta de sociedad, había ambiente y música de violines... (Pausa.) Te acercaste... (Se aproxima al perchero, mientras se oye un vals.) y bailamos como una pareja del ayer... (Danza con el sombrero hasta ceñírselo fugazmente a la sien.) Y ni siquiera me besaste... ¿Para qué? Mi cuerpo... ya ves... (Comienza a despojarse del vestido.) ¡No me tocaste! (Pausa.) Pero ahora, en cuanto salgas del baño, limpio y perfumado como un animal joven... (Pausa.) Seré tu esclava, tu geisha, tu... (Pausa.) ¿Te digo otro secreto? Tuve... un... un pretendiente... el único antes que tú... (Alejandra está ahora sentada en la alfombra, con la espalda sobre el borde de la cama y con el maniquí-novio en las manos.) Tenía otro estilo... Llevaba el pelo largo... Se dejaba crecer la barba... leía libros perversos... (Pausa.) Hablaba de "crisis" y empleaba palabras como represión, manipulación, explotación, enajenanción y ¡todas terminaban en "on"!... (Pausa.) Me amaba apasionadamente... ¿Te das cuenta? (Pausa.) Decía: amor mío, necesito tu alma, tus senos, tu boca, tu cuerpo, lo necesito todo para mí, y no ahora, sino también mañana, y pasado... y al otro, y siempre, siempre, (Trágica.) ¡siempreee! (Casi llorando.) Era un loco... Ja.ja.Ja. Un seductor... quería hacerme suya, ¡suya antes de la ceremonia nupcial! Y era el hombre más fascinante que yo había... (Con pánico.) Época de adolescentes, sueños de pubertad, caprichos de niña bien... (Pausa.) Y yo no cedí..., resistí como una Pasionaria... Y él venía tras de mí... escribiéndome poemas, mándandome cartas, enviándome rosas... (Erotiada, observa el maniquí, bajo un temblor de labios; pero cuando lo va a besar se controla y arroja la marioneta al suelo.) Yo tenía ideas claras... Y me habían advertido lo peligroso que es ser mujer... (Se sirve otra copa.) Intuí que mi cuerpo podía ser un obstáculo para alcanzar mi meta: el matrimonio... (Pausa.) Había que disimular mis formas... (Pausa. Coge el maniquí-mamá.) En mamá..., ¿verdad, mamá? hallé una fiel colaboradora...
(Con diversas emociones en el rostro, desarrolla su juego coreográfico.)
Música.
Veamos esa falda
y ese escote donde
Lucifer se esconde.
Sé recatada,
sé casta, sé
una alondra
que canta en
el hogar sin
soñar en volar.
Si no oyes a mamá
no tendrás ajuar.
e irás por la vida
como un papagayo de
noche sin talonario
ni coche.
¿Te visto de corto,
te visto de largo,
con volantes, con
encajes? ¿Acaso con
corsé? Con él o sin
él, el diablo con
ojos de gallo alarga
su pico largo.
Veamos esa falda
y ese escote donde
Lucifer se esconde.
(Cesa la música.)
ALEJANDRA.- Sí, abusaba de los corsés... Utilizaba vestidos de
tallas superiores... Y cuando parecía que iba a ser cliente asidua de
psicoanalistas y dueña de un gato de Angora... me encuentro en mi alcoba
nupcial... ebria de champán, cerca de mi viril esposo que se acicala
y perfuma para la más espectacular noche de amor... (Sus ojos se encuentran
con el traje de novia, que recoge y con la prenda en las manos se dirige hacia
la iluminada puerta del cuarto de baño.) ¿Crees que debo conservarlo?
Yo opino que sí... Un día... (Adopta una actitud de vieja achacosa.)
Un día seremos unas viejas ruinas y tendremos nietecitos... (Rabiosa.)
Que saquen el traje nupcial de la abuelita... Que saquen el traje nupcial de
la abuelita... Y lo sacaré. Vaya si lo sacaré. Abriré el
viejo arcón y les mostraré... (lo hace.) el vestido del día
más glorioso de mi vida... (Lo cuelga en el perchero. Respira y se muestra
súbitamente coqueta.) ¿Cómo te excita más verme?
¿En camisón transparente? ¿Entre sedas? ¿Semidesnuda?
¿Desnuda? ¡Vamos! Soy tu mujer... Soy tuya... (Pausa.) Anda, sigue
buscando esponjas... (Pausa.) Me guiaré por mi instinto... por el sutil
instinto que hizo de la jungla una ciudad como New York. (Enciende un cigarrillo.)
Me... me siento un producto inacabado y ahora tú eres el artesano que
debe finalizarlo... Sí, te tengo a ti... Tú te encargarás
de mí... Antes, fueron mis padres... (Ella se desplaza donde se amontona
el fardo de maniquíes y se sienta al borde del lecho en medio de sus
padres.) Niña, realiza esto, niña no hagas lo otro... Eso es improcedente...
Estate quieta... No hables... Cúbrete... Vete a la cama... Estudia esas
materias... No leas esos textos... Sal con fulanita... No salgas con menganita...
Te conviene aquella panda... Da el esquinazo a esa otra... Niña, sal
con Nacho... Niña, no salgas con Albert... (Alejandra retrocede con ojos
de gata escaldada, sin retirar la vista de sus padres.) Niña, niña.
niña, ¡mierda! (Respira hondamente.) Pero ahora te tengo a ti...
¿Me crees? Estoy un poco cohibida, como desamparada, aunque es pasajero...
(Pausa.) tú estás a mi lado, tú serás ahora el que
maneje el timón de esta frágil embarcación que soy... (Pausa.
Titubea y varía su estado de ánimo.) A tu lado todo será
distinto...
(Música.)
Y no habrá quijote urbano
que me quiera dar la mano,
y el hada de la tecnología
será mi dama de compañía.
Y arlequines sin sombrero
me escribirán sonetos..
Y saxofonistas de café
me nombrarán musa de té.
Y en los pentagramas más
locos las notas bailarán
de gozo. Y una acróbata
irá de parto y un mimo
me regalará un lagarto.
Y la juglería posmoderna
irá conmigo de merienda.
Y el verso esdrújulo
se llenará de júbilo.
y el alejandrino me
subirá en su carroza y
me ofrecerá una rosa.
Y un hongo marino
y una rana liberal
me escoltarán al altar.
Seré tan feliz que
un pájaro adivino
leerá mi destino.
(Pausa.)
ALEJANDRA.- Pero ¡hombre! Que no estás en Ibiza... No me habré
emparejado con un cachalote, soy tan distraída... Nada, bucea, chapotea,
da cabriolas... como si en vez de inaugurar la primera noche de amor, fuera
a... a... (Pausa.) Ahora te jorobas, te prohibo que salgas... ¿Eh? ¡Que
salgas! (Va hacia la cama.) Estoy desvistiéndome... y procura dominarte
y no escudriñar por el ojo de la cerradura... (Ella lo hace.) Ja. Ja.
Ja... No me fío de las criaturas con rabo... Venderíais el alma
por ver desnudarse a una dama... (Pausa. Se desembaraza de más ropa.)
¡Oye, cetáceo mío, quiero un amor formal, en regla, al menos...
al principio... que soy tu amada... (Para sí) Espero que lo entieda...
(Pausa.) No quiero ser una musa violada... (Otro matiz.) Sigo diciendo estupideces...
¡Bah! Es mi noche de amor y violines, ¡mi noche! (Bebe de su copa.)
¡Digo que te quedarás sin champán...! Seguro. (Sigue desvistiéndose.)
Oye, ¿roncas? Me molestaría tener un hombre en la cama... ¡En
la cama! ¿Ves? No me hago a la idea... de que ahora ya no dormiré
sola, soñaré sola, ni me despertaré sola... (Pausa.) Impresiona
un poco, no creas... (Pausa.) ¿Dónde prefieres dormir? Tienes
derecho a elegir, creo que está en el código civil, ¿lado
izquierdo o derecho? (Arregla los dos almohadones.) ¡Oh! Se me olvidó
perfumar el nido de amor... (Lo hace.) Así está mejor... (Respira
con placer.) Ya todo queda perfecto,... El momento sublime se acerca... y la
enamorada se turba y excita... (Pausa.) No oigo el chapoteo del agua... ¿Te
estás secando, eh, tortugón? (Indecisa.) Debe ser tarde... (Consulta
el reloj.) Y el cacharro suizo éste se paró... (Observa con ansiedad
el teléfono.) Sabré la hora exacta por teléfono... (Marca
una cifra.) ¡Eh! ¿Qué?... ¿Quién es usted?
(Pausa.) Debe ser una interferencia... (Pálida.) Quería saber
la hora... (Pausa.) ¿Cómo sabe mi nombre? Digo que marqué
para... (Pausa.) ¿Eres... tú? (Pausa.) ¡Es él! (Pausa.)
Qué extraño. (Pausa.) Juraría que es un sortilegio... (Pausa.)
Fue una coincidencia, ¿entiendes? Una auténtica y espontánea
coincidencia... (Pausa.) ¡Eh! ¡Eh! Me es imposible hablar contigo...
¡Y menos ahora! ¿Qué pensaría mi...? (Pausa.) Lo
nuestro...(Se recuesta en el lecho, pegada al teléfono.) acabó...
¡Vaya que sí! (Pausa.) Voy a colgar... Él está en
el baño a punto de salir y... (Pausa.) ¿Quién te llama,
engreído? ¡Todas las noches! Fatuo, petimetre, pedante... (Pausa.)
¿Que te he desvelado? Lo dudo, seguro que no dormías solo... (Pausa.)
¿Que cómo me encuentro...? Ja.Ja.Ja. ¿Pues cómo
se va a encontrar una chica en el momento que va a ser amada apasionadamente...?
Voy a colgar... (Pausa.) Él... puede salir de un momento a otro y tiene
muy mala uva... (Pausa.) Además, es cinturón negro en judo...
¡Casi nada! (Pausa.) Y no está bien que una recién casada,
en su noche de amor, ande con el teléfono en la mano dialogando con antiguos...
antiguos... (Pausa.) Insisto en que fue un fallo técnico... ¡Sí,
técnico! (Pausa, exasperada.) Pero ¿qué noches?... (Pausa.)
No seas calavera... (Pausa.) Quise saber la hora y... (Pausa.) Está bien....
Está bien... (Pausa.) ¿Que vas a...? ¿A qué? Cámbiate
el número, hijo... cámbiatelo... (Pausa.) ¿Crees, estúpido,
que me roba el sueño si tienes un teléfono u otro? ¿Eh?
¿Qué dices? Repítelo. Puerco, puerco. ¿Cómo
te atreves a injuriar a una esposa fiel en su noche de amor? (Pausa.) ¿Cómo?
(Pausa.) Te detesto... Te odio, es más, te ignoro... (Pausa.) ¿qué
no son horas de...? (Pausa. observa el teléfono con expresión
sonámbula.) Resulta todo tan...
Música.
El teléfono es
un moscón que
mueve los hilos
como un histrión
Y es también
un pavo real
con orgasmos
eléctricos
que te hacen
ver la piedra
filosofal.
Mi receptor
es un sátiro
inalámbrico
que ahoga si
no dialogas.
No caigas, amor, en la
red telégrafica de la vida
ni viajes en tranvías
extraviados en su ira.
El teléfono es un lince
erótico que no cesa de
maullar cuando con su
cola te quiere atrapar.
(Al cesar la coreografía, crece el desconcierto de ella, que observa la luz del baño con desazón. Finalmente avanza hacia el lecho, mira de soslayo el teléfono, vacila y de un manotazo lo atrapa.)
ALEJANDRA.- ¿Sigues ahí, eh...? (Suspira.) Qué desfachatez... Qué osadía... ¿Acaso pretendes...? Él vale mucho más que tú... ¡Muchísimo más! Es... más viril, más guapo, más acuático... (Pausa.) y con más encanto socioeconómico que tú... (Pausa.) ¿Que estoy arrepentida de...? (Ríe, neurótica.) Ja.Ja.ja. ¡Eres magistral! Si no fuera porque de un momento a otro va a salir del baño, te... (Pausa.) ¿Qué tú, qué...? Ni hablar, monín. Fui yo quien te dio pasaporte... Yo, yo, yo... (Con un hilo de voz.) Ibas muy aprisa... querías todo, enseguida, de inmediato, como un animal en celo enviado por contrarreembolso. No respetabas nada... Ni mis principios... ¿Que me comieron el...? ¿Tabués? Ja. Ja. Ja.. ¿Qué dices, poquita cosa? Oye, oye, aguarda a que mi macho ballenudo salga del baño y... ¡Otra vez! ¿Quién jugó con mis neuronas? ¿Quién?... Llegué de un largo túnel a este final de siglo inédita, intacta... ¿Qué? No te oigo... ¿Otra clase de manipulación? (Pausa.) Oye, cretino, no me vengas a las altas horas de la madrugada, justo cuando voy a... a... sufrir un revolcón estelar... ¡En un pajar, no! En el tálamo, (Pausa.) ¿Que me creí, qué...? ¡Ah, vamos! Que no tengo un criterio propio... ¿Vas por ahí, eh? (Pausa.) Eres una rata. (Pausa.) ¡Eh! ¿Tampoco una visión evolucionada de la mujer? ¿Y qué más, cabeza parabólica? (Pausa.) Aguarda, ratoncillo de bibliotecas, aguarda a que surja mi oso marino y verás, verás... (Pausa.) ¿Qué acepté todo cuanto me ofrecieron, ya masticado, digerido...? ¡Venga! ¡Venga! (Agria.) Fui fiel a mis educadores, a mi hora histórica, a los valores establecidos... ¿Y qué? ¿Y qué? (Pausa) ¿Qué debía hacer? (Pausa.) ¡Habla, sabelotodo! ¿Qué podía hacer? (Pausa.) Una... ¿qué? Repítelo. ¿Una guerrillera? Necesitas una camisa de fuerza... Ja. Ja. Ja. ¿Qué hay muchas formas de guerrillas? ¡Oye! ¡Oye! (Pausa.) Mientes. No me estafé, no me hice fraude... (Pausa.) Si te tuviera a mi lado, te... (Pausa.) Acepté, acepté. Eso es todo. ¿Derrotismo? ¿Nihilista? ¿Quién es una nihilista? (Pausa.) Oye, majo, me estás soliviantando, ¿sabes? Y mi esposo, amo y señor... te dará tal paliza que no te reconocerá ni la madre que te... ¡Falso! (Debilitada, casi sin voz.) Es una vil calumnia. Yo no hice daño. ¡No! Yo no inquieté, incordié... ¿Cómo? ¿Que esa fue mi grave falta?... Embustero, sí, embustero... (Pausa.) No hice nada, ¡nada!... (Pausa.) Sí, sí, ya sé que eres de los pocos que respetan en las aulas... Pero ¿cuántas Tarjetas Oro llevas en el bolsillo, eh, cuántas? !El bonobús!... Eres un ejemplar peatón de a pie, ecológico... (Pausa.) ¿Ya te publicaron tu libro sobre libertad y autogobierno desde el primer estornudo? Todavía está en el cajón... Ja. Ja. Ja. La sociedad de consumo se va a arruinar contigo... (Pausa.) ¿Que sigues fiel a tu compromiso? Naturalmente, ¿continúas con tu monomanía de diseñar pancartas de utópicas manifestaciones? ¿Sí? Qué divertido eres... Ja. Ja. Ja. (De pie, sobre el colchón, enarbola una pancarta y la agita.) Hay que exhibir pancartas, hay que desplegarlas al viento y mostrarlas a la ciudadanía... ¡El diseñador! Señoras y señores, el ciudadano de las pancartas se echó a la calle, temblad todos los gusanos... El héroe de la pancarta se dispone a realizar la gran gesta: bailar la salsa de las justas reivindicaciones. Ja. Ja. Ja. Eres un cómico genial. Estás a caballo entre Charlot y don Quijote... Ja.Ja.Ja. (Se retuerce gradualmente.) Te imagino debilucho, demacrado, con tu melena por los hombros evocando a un Cristo liberador y marginado... Ja. Ja. Ja. (Pausa.) Qué noche más divertida... Lo estoy pasando pipa. (Otro matiz.) ¡Qué! ¿No te quejas? Bueno, dime al menos el bólido que conduces... ¡No oigo! Te pasaremos nuestro deportivo cuando nos aburra el color de su carrocería... ¿Que me meta todo eso en el culo? ¡Asqueroso! (Pausa.) ¿Eh? ¿Cómo? ¿Qué? Oye, oye...¡Púdrete! (Cuelga el teléfono. Entonces se alza del lecho y, temblorosa, conecta el equipo de música. Un ritmo moderno invade la alcoba. Baila.) No te inquietes, cariño, quise averiguar la hora, y hubo un cruce de líneas, y mira por dónde se puso un tipo enigmático, parecía un borracho o... esquizofrénico... ¿Verdad, amor, que es divertido? Empezó a decir una retahíla de frases absurdas... y luego que me hube distraído con tan original sujeto, corté la comunicación...(Pausa.) Qué ritmo... (Ondula las caderas al tiempo que bebe champán.) Espero que no te hayas disgustado... (Tierna.) ¿Te enojaste con tu exuberante nena? Pero, ¿por qué? ¿Por qué? Si soy tu muñeca, que sólo desea darte felicidad dentro y fuera de la cama... (Pausa.) ¿Me perdonas? Venga, perdóname... Fue un capricho, un antojo de novia enamorada, un juego de niña a la que pronto vas a hacer mujer... (Atrapa el sombrero y danza.) Me chifla bailar... ¿Me llevarás a las más atrevidas salas de fiestas? Mamá no me dejó...
Música.
Contradanza,
Contrapaso,
besas a un
pez furtivo
y das el brazo.
Mamá no me dejó
dar un paso,
ni un compás,
ni una cabriola
sobre la mar.
Música y minué
suenan de nuevo
para un ciempiés.
Una largarta
con lazo rosa
baila pavanas
en un café.
Y un caracol del
Music-Hall aplaude
con rabia y baila
un danzón.
También en mi nevera
hay cubitos de hielo
bailando habaneras.
La vida es una nota
musical, dice un
saxo con ojos de sapo.
Y una trompeta de a pie
baila a ritmo de balancé.
Contradanza,
contrapaso,
besas a un
pez furtivo
y das el brazo.
(Finaliza la canción y Alejandra disfraza su desconcierto yendo hacia
la puerta del baño.)
ALEJANDRA.- Amor... ¿Y nuestras vacaciones? Exijo un crucero por la Costa Brava y luego por la Costa Azul... hasta el mar Tirreno...(Gira como una bailarina de ballet.) Barcelona, Marsella, Cannes, Niza, Génova, Nápoles, Messina, Palermo... ¡Oh, qué palomita más feliz voy a ser! Qué feliz.... (Enormemente sexual.) ¿Te espero, amor mío, en la... cama? Sí. ¡Te espero! (Va sumiendo la estancia en penumbra mientras se despoja de la ropa con sensualidad, exhibiéndose más tarde en una osada reconciliación.) Te aguarda una sorpresa... (Apura la última gota de la botella.) Pero sin champán... (De súbito, la faz de Alejandra se ensombrece y con la mirada ausente permanece sentada en la cama, con la columna vertebral rígida, oculta sus piernas entre las sábanas, bajo un silencio, con la mirada fija en el público.) Concluyó, una vez más, el rito compensador de una frustrada solterona.... ¡Buenas noches!
(Alarga la mano, tira del cordón de la lamparilla
y se oscurece la escena.)
Bibliografía:
Editorial Prometeo, Valencia.
Con el título The Bridal Chamber en Modern
International Drama. Binghamton. New York.
En New Generation Spanish Drama. Engendra
Press, Montreal.
En el libro Contemporary Spanish Theater. Charles Scribner's Sons. New York.